Desde la concepción, el desarrollo humano tiene lugar en la relación con el otro. El útero materno es el primer ambiente donde desarrollamos estos lazos evolutivos. Vivir es relacionarse. Y es en la placenta social que llamamos familia donde empezamos a hacer política.
La política es todo lo que involucra nuestras relaciones sociales. La palabra surgió en la antigua Grecia, cuando la sociedad organizaba las polis, ciudades-estado en el término que da origen a politikus, de lo que pertenece a los ciudadanos, y evoluciona - en varios estudios académicos - hasta llegar a nuestra política, así, en portugués.
Vivir es por tanto un acto político. Y empezamos a hacer política, en el sentido etimológico de la palabra, de relacionarnos en la polis, principalmente en el núcleo donde nos criamos. Aquí es donde basaremos nuestra identidad. Incluso antes de que lleguemos a los bancos de la escuela (quién llega) ya la sociedad.
Por tanto, la política “hecha en casa” precede a la política hecha en sociedad. Es en la familia -independientemente de su configuración- que construimos nuestros referentes de valores y de lo que creemos. Luego llevamos esto al mundo, donde encontramos otras referencias y diferencias que nos ayudarán en nuestro proceso evolutivo.
Aprendiendo de las diferencias -y no negando, distanciándonos o aparentando que son invisibles- tenemos la capacidad de ampliar nuestra visión del mundo y desarrollar la solidaridad y la empatía, atributos esenciales para vivir en sociedad, en la polis.⠀⠀⠀ ⠀⠀⠀⠀
No hay evolución sola. Toda evolución social parte de la relación entre los individuos. En un proceso coevolutivo. Este proceso solo es posible cuando tomamos conciencia de que ciertos patrones, basados en el egoísmo (cuando nuestro ego pasa por encima del otro), ya no caben en nuestra placenta social, en nuestra polis.
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Criar conscientemente a nuestros hijos implica arrojar luz sobre cómo afrontamos nuestras heridas como personas y como sociedad. Solo así podremos romper con males estructurales como el patriarcado, el racismo, la homofobia, el capacitismo, la gordofobia, la xenofobia y los prejuicios de todo tipo.
Ya es hora de que dejemos atrás la visión de que el otro es una amenaza. Sólo así podremos soñar con la libertad de ese futuro que corre hoy en nuestros patios traseros.
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Tati Fávaro es mujer, hija, periodista, madre, doula y cofundadora de Crie Filhos - Red Activista de la Creación Consciente .
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