“Usted no es un cuerpo político solo porque está 'gordo',
si no por como nos enfrentamos al mundo con nuestra gordura”
La Cerda Punk - Constanzx Álvarez Castillo
"Es por tu salud, es por tu propio bien". Esta frase la hemos escuchado infinidad de veces, siempre que vamos al médico, quien en varias ocasiones, en vez de escucharnos y atender nuestras necesidades, inmediatamente nos percibe como cuerpos gordos y, por tanto, acabamos haciendo dietas, extra. exámenes y/o consultas con otros especialistas (que no necesitamos ni solicitamos). Incluso, en ocasiones, se ignora por completo nuestro motivo de consulta. Estas entradas y salidas de los servicios de salud van acompañadas de distintas violencias simbólicas y verbales y un discurso paternalista e infantilizador.
Hay un imperativo de salud. Seguimos habitando la sociedad del riesgo (Ulrich Beck) y dejándonos atrapar por ella. Como todo cuerpo-persona está en riesgo de enfermar, debe ser cuidado, vigilado y controlado. De lo contrario, este cuerpo-persona será culpabilizado y castigado. Este territorio de riesgo dialoga con la idea del cuerpo impuro, como ser orgánico y finito, delineando aún más la necesidad de regulación de este a través de la medicalización y la higiene.
La medicina ha sido muy eficaz en la vigilancia biomédica-tecnológica de los cuerpos grasos. Es a través de esto, pero no exclusivamente, que se crean los paradigmas de lo que sería normal y patológico, válido e inválido; cómo sería un cuerpo y cómo debería ser vivido. La medicina y áreas afines centradas en el cuerpo (nutrición, educación física, etc.) construyen un discurso que determina códigos morales y estéticos específicos, que marcan los cuerpos y ayudan en la existencia imaginaria de un cuerpo “ideal” y “universal”. Un cuerpo blanco, delgado, recto, cis y sin discapacidad, en este caso.
Este paradigma ha generado una ola de fitness, que impregna tanto la forma de comer y ver los alimentos, como el propio lenguaje. Darse cuenta de cómo los lugares deben llamarse aptos para formar parte de determinados mercados, o cómo a diario vemos anuncios relacionados con los aptos y ubicados dentro de este territorio en diferentes redes y medios. La idea de fitness, que dice 'ponerse en forma', significa ajustarse, adaptarse a los modelos hegemónicos de corporeidad y estética visual, incorporando moral y valores, atendiendo a las necesidades de la lógica del espectáculo, a través de las diferentes redes sociales y reforzado por los medios.
Por otro lado, no podemos dejar de vincular el capitalismo a estas medidas cuerpo-normativas, ya que es importante que el sistema controle los cuerpos-personas disciplinados, así como la consecuente cantidad de productos y espacios creados para obtener ese cuerpo-persona idealizado. . Tal y como comenta Contanzx Alvarez Castillo en su libro 'La cerda Punk, un régimen de alimentación', estamos abocados a un consumo articulado por calorías.
Con estos paradigmas como telón de fondo, se pensaron posibles líneas de fuga, otras formas de habitar y construir territorios que posibilitaran y permitieran la existencia y resistencia de cuerpos fuera de estas normas, aquellos que no quieren reincorporarse, o aquellos que deseo de transitar libre de violencia.
Es por ello y, principalmente, buscando despatologizar, desmoralizar y romper paradigmas relacionados con la corporeidad que surge el Activismo Gordo. Así, a fines de la década de 1960, surgieron en EE.UU. grupos de resistencia y lucha que comprendieron la necesidad de exigir el reconocimiento de estos cuerpos y la imposición social que les repugna, realizando manifestaciones públicas y performativas, poemas y ensayos. El movimiento también termina por conducir a la profundización a través de la investigación para desafiar el saber científico gordofóbico, que sustenta y justifica la violencia contra las corporeidades disidentes.
El gordativismo en América Latina aún está dando sus primeros pasos, ya que este tema no fue objeto de interés hasta la década del 2000 (Moreno). Con la ayuda de internet en el activismo se crea el llamado factopher, la posibilidad de socialización entre diferentes personas y sus historias cargadas de violencia que, a través de foros o redes sociales, se identifican como pertenecientes a una categoría que sufre la opresión de regulan sus cuerpos para adaptarse a un arquetipo. Este arquetipo que transforma a las personas para servir a un patrón consumible, hermoso, interesante para el deleite de ojos higienizados por discursos de belleza y salud. Pero, lo que trae como consecuencia la humillación por no calzar la ropa, los torniquetes de los buses, los servicios de salud públicos o privados, ya que los equipos fueron hechos para un cuerpo medio y no soportan nuestras corporalidades, ya que los diagnósticos vienen prefabricados impregnados de prejuicios, de solo una mirada.
La batalla por la visibilidad es fundamental y el Activismo Gordo es una salida necesaria, porque no hay cambio sin lucha. Necesitamos revolucionar la forma en que vemos nuestros cuerpos, así como entrar en los espacios que subyacen a la discriminación. Es necesario cuestionar, enfrentar, cambiar los pensamientos gordofóbicos que nos anestesian. Muchas personas están tan preocupadas por su cuerpo que terminan siendo rehenes de un imaginario de belleza que no tiene que ver con la salud, sino con la necesidad de aceptación y reconocimiento para sentirse parte de esta sociedad higienizada.
Finalmente, escribimos desde las curvas, los pliegues, las estrías, el sudor diario, el asado entre las piernas, el movimiento (in)constante de nuestros cuerpos (in)visibles e (in)deseables, que se abren paso en la estrechez moral y estética de la(s) sociedad(es). Escribimos desde la frontera, sin ánimo de ocupar ningún centro, sino, por el contrario, de construir más puentes fronterizos que permitan la creación de formas disidentes de (re)existencia.
Vale, con alegría, decir que esto es solo una boca abierta, una entrada jugosa y agridulce de las próximas delicias que te esperan.
Referencias
_ Constanzx Álvarez Castillo. La cerda punk. Ensayos desde un feminismo gordo, lésbico, anticapitalista y antiespecista. Valparaíso: Editorial Trío. 2014.
_Ulrich Beck. Sociedad del riesgo: hacia otra modernidad. Editorial 34. 2013
_ Flavia Costa. El aparato fitness en la modernidad biológica. Democracia estética, justo a tiempo, delitos de fealdad y contagio. Jornadas de Cuerpo y Cultura Universidad Nacional de La Plata. Argentina 15 al 17 de mayo de 2008.
_Rafael Silva Mattos. Soy gordo, soy anormal. Río de Janeiro, vol. 3, núm. 2.2007
_Paz Moreno. Subjetividad Femenina y Grasa. Santiago de Chile: Universidad de Chile, 2015.
_ Laura Contrera y Nicolás Cuello. Cuerpos sin patronos: Resistencias desde las geografías desproporcionadas de la carne. Buenos Aires: Editorial Trío. 2016.
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Sobre los autores
Ale Mujica Rodríguez. Licenciado en Medicina. Sanitario. (Trans)feminista, transinmigrante-sudaka, lucha por el útero libre y fatactivista.
Cynthia L Montalbetti (Chichi) . Socióloga y politóloga, migrante, feminista y activista gorda.
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Ilustración de hamburguesa negativa.
3 comentarios
É tão importante trazer esta abordagem de aquelo que nós conhecemos como “o nosso corpo é político” e plantear una construcción revolucionaria de ser felices olhando e fazendo olhar como vocês estão propondo.
É tão importante trazer esta abordagem de aquelo que nós conhecemos como “o nosso corpo é político” e plantear una construcción revolucionaria de ser felices olhando e fazendo olhar como vocês estão propondo.
Texto maravilhoso…é isso mesmo que os muitos médicos ve… corpos gordos são doentes…
Isso é medicina é humano??