ilustração de uma mulher branca, com cabelos curtos e pretos, veste regata rosa e o fundo é preto, simula uma casa.

MUJER CON DISCAPACIDAD ES RESCATADA DESPUÉS DE MÁS DE 40 AÑOS EN UNA SITUACIÓN ANÁLOGA A LA ESCLAVITUD por Carolini Constantino

¿Las personas a su alrededor también pensaron que la familia le estaba haciendo un gran favor al quedarse con ella? ¿Habría tardado mucho en ser denunciado si hubiera sido un hombre? Y si fuera negra, ¿alguien sería denunciado? ¿No hay otras personas cercanas a su casa que estén en la misma situación que ella, o incluso dentro de su familia?

A principios de febrero, una mujer con discapacidad de 55 años fue rescatada por el Ministerio Público del Trabajo (MPT/RS) por vivir más de 40 años en una situación análoga a la esclavitud. Sufrió violencia física y psicológica y también se le prohibió salir sola e interactuar con otras personas. Además de realizar todas las labores del hogar sin límite de carga laboral, no tenía antecedentes laborales formales, no percibía remuneración alguna, nunca estuvo registrada ni integrada a la red de asistencia social, ni asistió a la escuela ni a ninguna institución para personas con discapacidad. Luego de ser rescatada, fue enviada a una institución que acoge a personas con discapacidad.

Esta noticia me causó sentimientos encontrados. Me sentí aliviado de que la hubieran rescatado, pero también sentí un “giro” en el estómago porque me enteré que esta mujer estaba a unos kilómetros de mí, ya que ella y yo vivimos en la misma ciudad. Sin mencionar que estaba muy angustiado, cuestionando si los profesionales de la institución están capacitados y si sería un buen lugar para vivir después de tantos años de sufrimiento.

Pocos portales de noticias hablaron del tema, pero esto no fue una sorpresa para mí, ya que la invisibilidad de este caso demuestra no solo la desvalorización del trabajo femenino, sino también el capacitismo estructural que tiende a permitir el aislamiento de hombres y mujeres con discapacidad incluso hoy.

Años atrás, era común la práctica de mantener a las personas con discapacidad “encarceladas”, escondidas dentro de la casa, ya que no se les reconocía como seres humanos dignos de derechos, sino de caridad. Ofrecer un cuartito, algo de ropa y comida a las personas con discapacidad ya se consideraba más que suficiente, incluso debían agradecer que no los abandonaran. En otras palabras, podemos decir que los derechos de estos individuos eran iguales a los de los animales.

Te garantizo que en tu infancia también tuviste una vecina de la que todos se reían por su forma de hablar y que apenas asomaba por la ventana. O recuerdas a un niño de la misma edad que el tuyo, que rara vez salía de casa porque caminaba “raro”. Yo mismo recuerdo tener una tía abuela que, desde que nací, vivió en una residencia de ancianos, drogada y abandonada, después de dar a luz a un bebé y volverse “loca” (probablemente con depresión posparto). ¡Pues eran miles de personas con discapacidad que vivían en la misma situación de aislamiento social, violencia, negligencia y quién sabe qué más!

Quienes piensan que esto ya no es una realidad se equivocan, ya que este ideal social está arraigado en nuestra cultura aún hoy. Prueba de ello es el caso de esta mujer que tardó 40 años en que los vecinos se dieran cuenta de que algo andaba mal. ¿Las personas a su alrededor también pensaron que la familia le estaba haciendo un gran favor al quedarse con ella? ¿Habría tardado mucho en ser denunciado si hubiera sido un hombre? Y si fuera negra, ¿alguien sería denunciado? ¿No hay otras personas cercanas a su casa que estén en la misma situación que ella, o incluso dentro de su familia?

Dejo las preguntas no como críticas, sino con el propósito de aumentar la visibilidad de este caso y también promover una reflexión conjunta sobre el mismo. Después de todo, creo que todos nosotros, incluyéndote a ti, tenemos el poder de transformar nuestro entorno y evitar que vuelvan a ocurrir otros crímenes como este.

Si ya sospechas de alguna situación de vulneración de los derechos de alguna persona, no dejes de denunciarlo:
- Llamar al 100 para denuncias de niños, ancianos y personas con discapacidad;
- Llamar al 180 para denuncias por violencia contra la mujer;
- Contacta con la Asistencia Social de tu ciudad a través de CRESS o CRASS para realizar cualquier tipo de denuncia.

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foto en color de una mujer blanca, con el pelo largo, lacio y pelirrojo, que lleva una camiseta blanca con la sopa de letras como una niña escrita en ella. está en una biblioteca, sentado en una silla de ruedas

Carolini Constantino es trabajadora social, investigadora, feminista y mujer con discapacidad. Es coordinadora de proyectos en el Colectivo Feminista Helen Keller para Mujeres con Discapacidad .

fotografía en color de interior de una mujer negra, con cabello castaño rizado, de longitud media, con puntas de color castaño rojizo. Lleva una camiseta negra con la frase crear como una niña de blanco. Está sentada en una silla de ruedas, con el codo izquierdo apoyado en una mesa y la mano apoyada en la muñeca.
Paloma Santos es ilustradora, usuaria de silla de ruedas y feminista. “En mi trabajo como ilustradora trato de representar la diversidad femenina”.

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