"Não é o fim do mundo, é um mundo novo" por Amanda Lyra

"No es el fin del mundo, es un mundo nuevo" de Amanda Lyra

Nadie elegiría tener una discapacidad si se le diera la opción, nadie pensaría en usar una silla de ruedas, muletas, bastones o cualquier otro dispositivo simplemente porque sí. El problema es que entre los 978 millones de cosas que la vida no nos deja elegir están las enfermedades genéticas, congénitas, adquiridas y, por supuesto, los accidentes.

En mi opinión, hay básicamente dos tipos de personas con discapacidad: las que nacieron con una y las que la adquirieron. Independientemente de si se debe a causas naturales -como, por ejemplo, una distrofia, por la que las personas nacen sin discapacidades, pero los síntomas se desarrollan muy lentamente a lo largo de la vida, e incluso cuando la debilidad muscular se presenta de forma rápida y grave- o si surge a causa de un accidente automovilístico, una medicación mal administrada, una escalera resbaladiza en un día ajetreado, etc., es diferente a ser una persona con una discapacidad para siempre.

Una persona que nace con cualquier tipo de limitación acaba aprendiendo que la palabra de ley es ADAPTACIÓN. Desde niños aprenden que todas las actividades tendrán que adaptarse a su condición física o psíquica. Los traumas se viven y se curan todos los días de su existencia y, así, estas personas generalmente se convierten en adolescentes más maduros y en adultos más coherentes y agradecidos, porque el autoconocimiento ya forma parte de su rutina. En general, son personas que ya entienden los procesos para readaptar su vida a cada nueva barrera.

En cambio, cuando alguien se convierte en una persona con discapacidad después de haber vivido en un cuerpo con todas las funciones, hay un trauma mucho mayor. Es como un puente que se rompe frente a ti y detrás de ti, y al principio solo existe la sensación de "¿Qué hago ahora?". No hay vuelta atrás, y las piernas que te llevaron allí ya no son parte del presente, de la misma manera que los caminos que se aprendieron para avanzar ya no son viables. Entonces, hay unas etapas por las que cada uno pasa, cada uno a su manera y en su momento, pero se resumen, al final, en:

Aceptación, Adaptación y Resiliencia.
Aceptar que es un mundo nuevo, lleno de barreras desconocidas, el 99,9% de las veces acompañado de dolor, tratamientos, medicamentos, exámenes y decepciones homéricas. No es nada fácil. Pero después de la aceptación viene un sentimiento reconfortante. Hay que recordar que los seres humanos habitan este planeta desde hace 350.000 años, precisamente porque supieron adaptarse. Entonces, mirando desde otro ángulo, siempre, siempre, siempre habrá algo de aprendizaje por lo que estar agradecido.

¡Aquí viene la famosa Resiliencia! Es decir, la capacidad de hacer frente a los problemas que se presentan, tomar las medidas adecuadas, adaptarse a los cambios y superar los obstáculos. Finalmente, resistir la presión de estas adaptaciones para encontrar soluciones estratégicas a situaciones que uno ni siquiera podría imaginar vivir.

El “truco” más grande es enfrentar estas adversidades creadas por las carencias, condicionando la mente y el cuerpo, reaprendiendo, diariamente, a redirigir los pensamientos aterradores, entendiendo que el dolor y las limitaciones inevitablemente serán parte del camino.
Todo esto es mucho más fácil de decir o leer que de hacer. La discapacidad trae un mundo completamente diferente, como un universo paralelo que se mezcla con la vida real, lleno de incertidumbres y frustraciones. Pero la discapacidad solo existe en los que están vivos, y esta vida es el mayor combustible para descubrir la maravilla de ver el mundo con otros ojos, priorizando qué y quién realmente importa, aprendiendo nuevos valores y, sobre todo, reconociendo el verdadero sentido. de la palabra AGRADECIDO.

No es el fin del mundo, es un mundo nuevo que explorar con valentía, creatividad y persistencia. Vendrán días difíciles para todos, depende de cada uno descubrir la mejor forma de adaptarse y convertir cada adversidad en una historia con un final muy lindo que contar.

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Amanda Lyra - Cantante, compositora, productora y presentadora, usuaria de silla de ruedas y creadora del Proyecto Solyra . Síguela en FACEBOOK e INSTAGRAM .

Paloma Santos es ilustradora, usuaria de silla de ruedas y feminista. “En mi trabajo como ilustradora trato de representar la diversidad femenina”. Síguela en INSTAGRAM y dale me gusta en FACEBOOK .
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