TEMPOS DE INCERTEZA TAMBÉM SÃO TEMPOS DE QUEBRA por Marina Sperafico

LOS TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE SON TAMBIÉN TIEMPOS DE RUPTURA por Marina Sperafico

La estructura social de género es el nombre elegante que se le da al sistema desigual en el que vivimos. Sabemos cómo es tu rostro: patriarcal, cisheteronormativo y capitalista. Un complejo de relaciones, jerarquías, poderes, ideologías, hegemonías, procesos y burocracias. Un combo de reglas traducidas a través de la cultura, el conocimiento y las leyes que sustentan el statu quo, salvaguardando los intereses de una minoría - de un pequeño grupo de personas. Esta minoría, a su vez -y obviamente- protege con uñas y dientes la estructura social.

En otras palabras, es esa (contra) lógica que no sabíamos explicar muy bien cuando éramos niños, viendo a nuestro hermano sentarse en el sofá con nuestro padre mientras íbamos a la cocina a ayudar a nuestra madre con los platos.

O la premisa no probada pero universalmente sostenida de que los hombres son más racionales y las mujeres más cuidadosas. Es la doctrina arraigada en nuestro subconsciente que el espacio público pertenece al género masculino (blanco, heterosexual, cis), mientras que el ámbito familiar es responsabilidad del género femenino. Un paradigma que se alimenta de la idea de la niña que lava los platos y se vuelve delicada, que se nutre de una maraña binaria de emociones: amor y odio, elogios y vergüenza. En esta red, la opresión, la violencia y la desigualdad se materializan en sus interseccionalidades más profundas.


Entonces nos preguntamos: ¿hay forma de romper esta estructura, si los libros que leemos, las teorías que aprendimos, las filosofías sobre nuestra existencia, fueron dictadas por los dueños del espacio público? ¿Si nuestros cuerpos son controlados y nuestros géneros sofocados por los mismos sujetos? ¿Si nuestras historias fueran contadas desde la perspectiva de otra persona? ¿Si lo que sabemos del protagonismo es lo que viene de este otro? ¿Qué pasa si todo ese conocimiento, ese poder, esa herencia, sirve a un sistema que no nos sirve a nosotros?

Bueno, después de escuchar las letras de Mulamba, los discursos de Marielle, aprender con ganchos de campana y ver crecer nuestros proyectos sapasbis; luego de los arduos logros del movimiento indígena, al observar como la lucha por revertir esta situación ha ido tomando fuerza, diría que la respuesta es sí. Muy si. Hay una manera de romper con ella.

Los tiempos inciertos como el que enfrentamos también son tiempos disruptivos.

Es hora de cambiar las viejas referencias europeas y americanas por nuestras propias cosas brasileñas. Reemplazar las convicciones caducas de la Avenida Paulista con saberes indígenas ancestrales. Escuchando a las mujeres de la periferia, que llevan siglos gritando. Más: es hora de correr detrás de los megáfonos, de usar nuestros diferentes lugares para cantar a coro estas voces. Hazles eco en todos los espacios.

Estructura social de género es el nombre fantasioso que se le da al resultado del mutismo milenario impuesto a quienes, desde este orden, se desangran. Y en el timbre único de cada voz silenciada está el garrote para romper las cadenas y machacar los dientes y las uñas del statu quo. Es un tiempo para escuchar, y también es un tiempo para hablar. Entender que todos tenemos algo importante que decir y que necesitamos ser escuchados. Tú, que eres mujer, negra, indígena, trans, lesbiana, bisexual. Quién es de la favela, quién es madre, quién es de una comunidad tradicional. Tú que no cumples con los estándares de belleza, y ni siquiera quieres hacerlo. Ha llegado el momento de empuñar tu voz.

Cássia es un colectivo de corazones que nació para transformar la vergüenza en poder, la soledad y el miedo en pertenencia, el silencio en voz.

Por lo tanto, este espacio te pertenece. Entonces, para seguir juntos, dinos: ¿qué dice tu corazón?


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Marina Sperafico es estudiante de maestría en Género, Desarrollo y Globalización de la LSE, becaria Chevening y miembro del Coletivo Cássia, colectivo de mujeres lesbianas y bisexuales (cis o trans) del Grupo Dignidade , la primera ONG de Paraná y la segunda más antigua de Brasil. , que actúa desde 1992 en la defensa y promoción de los derechos LGBTI+. Coletivo Cássia son nuestros socios en la frase Estoy con ella.

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