“El ideal materno oscila entre la madre sacrificada, al servicio de la familia y los hijos, y la supermujer capaz de lograrlo todo conciliando el trabajo y la crianza de los hijos”.
Esta es la frase inicial del libro 'Mamá Desobediente. Una Mirada Feminista a la Maternidad' , de la escritora Esther Vivas. La periodista española analiza los retos a los que se enfrentan las madres en la actualidad.
En una entrevista con El País , Esther explica por qué criar hijos es un acto político.
El País - ¿Cómo definirías la maternidad feminista?
Esther Vivas - Para mí una maternidad feminista es una maternidad desobediente, una maternidad insumisa, que rompe con los arquetipos que nos han impuesto a lo largo de la historia, que rompe con la maternidad patriarcal que mantenía a las madres prisioneras en casa y que desvalorizaba el trabajo de los niños. cuidado. También creo que es la que rompe con la actual concepción neoliberal de la maternidad en la que la crianza y el cuidado de los hijos están sujetos al mercado.
Cuando hablo de esta maternidad insumisa, rebelde, desobediente, no se trata tanto de idealizar la maternidad como de darle el valor político, social y económico que tiene y que le es negado.
EP. ¿Qué dirías que tiene el feminismo para ofrecer a la maternidad y viceversa?
Esther Vivas - Tradicionalmente, la maternidad es un tema muy incómodo para el feminismo, porque es un mecanismo de control del patriarcado. El feminismo se rebeló contra esta imposición, pero no hubo debates profundos sobre lo que implica la maternidad, y queda una relación no resuelta entre feminismo y maternidad. Por lo tanto, no creo que se trate de negar el hecho de que somos madres, sino de las condiciones en que somos madres en el patriarcado. El problema de la maternidad no es la maternidad en sí, sino la instrumentalización que el patriarcado ha hecho de la maternidad. Desde un punto de vista feminista, lo que hay que hacer, y cito a Adrianne Rich, es romper con esa “institución” de la maternidad, con esa imposición de lo que debe ser la maternidad, y recuperar la experiencia materna sin idealizarla, para poder vivirlo libremente.
EP. Usted mencionó anteriormente que debemos darle a la maternidad el valor político, social y económico que tiene. ¿Debe entonces ser un asunto público?
Esther Vivas - Por supuesto, la maternidad y la crianza de los hijos debe ser un asunto público. Vivir la maternidad en plenitud no es algo que deba reivindicarse no solo desde un punto de vista individual, sino también desde un punto de vista social y político, porque, al fin y al cabo, la forma en que la vamos a vivir no depende solo de las prácticas podemos llevar adelante, sino también del entorno donde se ejerce esta maternidad. Y el ambiente, por desgracia, es hostil a la creación, hostil a las madres. La violencia obstétrica es un claro ejemplo de cómo no se tienen en cuenta las necesidades de las madres. También se ve claramente en la lactancia materna, pues vivimos en una sociedad que dificulta esta práctica.
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