VIVER É UM ATO POLÍTICO

VIVIR ES UN ACTO POLÍTICO

Política, politikos, polis, ciudad. Vivir en sociedad es un acto político.

' Ay, ahí vienen las feministas diciendo que todo es político '. Sí lo es y pensar diferente no te excluye de realizar actos políticos todo el tiempo. La forma en que vivimos, nos relacionamos, comemos, trabajamos, nos comunicamos, incluso las opresiones que sufrimos mantienen los engranajes de la estructura social en (mal) funcionamiento.

Nadie quiere ser responsable de una sociedad patriarcal, racista, capitalista y colonial dominada por hombres europeos blancos heterosexuales misóginos, pero todos, todos y todas, los mantenemos en el molde de los colonizadores y somos responsables de garantizar la reparación histórica. No podemos cambiar el pasado, solo el futuro.

Por eso la educación y el cuidado de los niños son tan importantes en la búsqueda del mundo que idealizamos y por el que resistimos. Un proverbio africano dice que "se necesita un pueblo entero para criar a un niño" . Pues bien, el bienestar y desarrollo de los niños pequeños es responsabilidad de la(s) madre(s), del(los) padre(s), del Estado y de la sociedad.

Necesitan vernos practicando las acciones que derribarán las opresiones estructurales que deshumanizan a más de ⅔ de la población.

Tienen derecho a conocer la historia de sus antepasados, cómo fueron arrancados de sus hogares u obligados a servir a los invasores y masacrados, humillados. Tienen derecho a saber que el mundo que conocemos, incluida la democracia por la que luchamos, es una construcción social vertical erigida por y para hombres blancos racistas heterosexuales misóginos para permanecer en el poder.

Vivimos en Brasil, uno de los países que forma parte de América Latina, pero no se considera parte de ella. “Más evolucionado. Más desarrollado”, dicen. Aquí, donde la mayoría de la población tiene sangre indígena y negra en las venas, casi nadie sabe quiénes son sus pueblos ancestrales. Ahora, pregunta por ascendencia europea o “de dónde viene el apellido” y escucharás mil historias sobre el noveno que huyó de la guerra y vino aquí. La historia de la migración forzada refleja la nostalgia del “primer mundo”. No es que las guerras no sean horribles y es muy plausible querer huir, pero olvidan mencionar que los europeos blancos ganaron tierras, que ni siquiera eran de ellos, para venir a vivir a Brasil. No se sabe de los antepasados ​​violados y/o de los antepasados ​​violadores, pero sí se sabe de la descendencia de los ojos claros.

Parecen 500 años desde que hombres cis, blancos, sexistas y racistas, haciéndose pasar por europeos, gobiernan el país, ¿verdad? ¿Qué tal descolonizar el pensamiento y transmitir la verdadera historia de Brasil a las generaciones futuras?

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Luana Angreves es periodista, responsable de comunicación de PEITA y dinamizadora cultural de Cliteriosa Comunica.

Foto: Duda Dalzoto.

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